Cuando este nuevo fenómeno literario y cinematográfico llegó a Twitter y se me dio a conocer, se acercaba mi cumpleaños y aproveché la ocasión para pedirlo como regalo; al parecer me iba a cambiar la vida, no podía dejar pasar esa oportunidad. Cuando por fin me hice con él, en versión original, y me adentré en el mundo de Charlie y sus... "aventuras", llegué a la misma conclusión que saqué en la primerísima página: sobrevalorado.
Voy a ir directa al grano, porque hacía tiempo que un libro tan tremendamente exitoso me decepcionaba tanto. Para empezar, está mal escrito. El tono con el que Charlie, un adolescente de dieciséis años trata el tema de la vida, pasando por amor, sexo y drogas, no tiene ningún sentido; queda claro que es un chico especial, pero una cosa es ser inocente a los dieciséis y otra muy distinta hablar como si tuviera ocho años. Es un primer aspecto del libro que inmediatamente me perturbó la lectura. Por otro lado, es cierto que se supone que nuestro protagonista tiene problemas psiquiátricos, pero a no ser que me haya saltado algo, su comportamiento sigue siendo ridículo; se pasa el día llorando, consumiendo drogas como si nada (no con actitud de "malote", que vería más normal) y actuando pasivamente ante las catástrofes que le ocurren a su gente más cercana. En resumen, el aspecto más vital de un libro, su protagonista, es un fiasco.
Paralelamente, me habían avisado de que el libro era muy deprimente, que estaba marcado por la desgracia y la crueldad de un mundo que está por encima de nosotros, pero ese no es mi problema; me encantan los libros catastróficos, lo que estropea el curso de los eventos son los personajes. Sí, Sam es una auténtica aventurera y Patrick es muy majo, pero hay algo a su forma de ser que se me queda corto. Aún así, todo acaba repercutiendo a Charlie, quien me ha acabado resultando hasta molesto. La filosofía que intenta transmitir es buena, eso tengo que admitirlo; nos aporta la idea de que, pase lo que pase hay que ser feliz y seguir adelante sin rencores, además de tener otros buenos puntazos desperdigados entre las páginas, pero ni siquiera este aspecto hace de Las Ventajas de Ser Un Marginado [curiosidad: el título está mal traducido y pierde su auténtico significado en español] una lectura que merezca la pena.
No entiendo cómo este libro se ha convertido en el fenómeno que es, pero quiero pensar que es una de estas obras que están escritas para ser adaptadas a la gran pantalla; de momento no he visto la película, pero espero que al menos Emma Watson haya sido capaz de convertirla en algo mínimamente merecedor de ver. Porque, como ya he dicho, la historia de Charlie en papel no merece vuestro tiempo en absoluto.
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